


La reciente DANA, con devastadores efectos en varias comunidades, deja lecciones que no pueden ignorarse. Más allá de la respuesta inmediata, esta crisis evidencia la urgencia de abordar los retos del cambio climático y la necesidad de una gestión más responsable y preventiva frente a desastres naturales.
El nombramiento de Juan Carlos Valderrama como conseller de Emergencias en la Comunidad Valenciana, experto en planificación y gestión de crisis, y de Marian Cano, con experiencia en reactivación económica, son pasos acertados para liderar la reconstrucción desde distintos frentes. La experiencia de ambos puede aportar solidez a la recuperación, pero estas decisiones llegan tras errores de gestión. La designación de un militar, que podría haberse justificado en los primeros días de emergencia, ya no resulta adecuada y debería reconsiderarse.
La permisividad para construir en zonas inundables sin criterios de seguridad ni vigilancia preventiva subraya la falta de visión en políticas sostenibles. Además, el desprestigio del presidente Mazón, cuyas decisiones han cuestionado los valores de la autonomía valenciana, afecta también la credibilidad del Partido Popular como gestor a nivel nacional.
La DANA debe ser un punto de inflexión para priorizar la sostenibilidad, la responsabilidad y la confianza en una gestión más eficiente, que mire tanto al presente como al futuro con mayor previsión.