
La violencia de género sigue siendo la gran asignatura pendiente en nuestra sociedad. No basta con discursos y palabras: se necesitan medidas concretas, integrales y sostenidas. Por ello, presentamos un Decálogo de Oro que sintetiza diez propuestas fundamentales para erradicar esta lacra.
- Educación en igualdad desde la infancia: una asignatura troncal que enseñe respeto, convivencia y relaciones afectivas sanas.
- Campañas culturales permanentes y nuevas masculinidades: desmontar estereotipos y promover modelos masculinos basados en el cuidado y la corresponsabilidad.
- Carnet de buenas prácticas en conciliación familiar: cursos obligatorios con incentivos laborales y fiscales para fomentar la corresponsabilidad en el hogar.
- Autonomía económica femenina: empleo digno, igualdad salarial y políticas que garanticen independencia financiera.
- Atención tutelada inmediata: apoyo psicológico y social desde la primera consulta o denuncia.
- Tutela judicial efectiva: procesos rápidos y sensibles, coordinados por gabinetes sociales especializados, evitando la revictimización.
- Especialización institucional: formación obligatoria en género y derechos humanos para policías, jueces, sanitarios y docentes.
- Infraestructura de servicios accesible: refugios, asesoría jurídica y atención psicológica financiados y disponibles en todo el territorio.
- Control digital y mediático: regulación estricta de contenidos en origen que promuevan violencia o sexismo ilegal en redes y medios.
- Evaluación y transparencia: recopilación pública de datos y revisión constante de las políticas aplicadas.
Este decálogo no es un listado de buenas intenciones, sino una hoja de ruta concreta para transformar la lucha contra la violencia de género en un compromiso político y ciudadano. Porque proteger la vida y la libertad de las mujeres es proteger el futuro de nuestra democracia.