Diego García, debería entender que su oportunidad ya pasó, no supo hacer lo indecible para al menos no descender al Elx.
Siquiera hizo el esfuerzo final de confiar en otros técnicos con mayor preparación para intentar romper la mala recha de los últimos partidos, desde el de Valladolid, generada claramente por un temor e inoperancia técnica, que llegaron a poner hasta 5 defensas entre ellos 3 centrales en los partidos más fáciles e importantes, incluso en el nuevo estadio, las consecuencias todos las conocemos.
Ello y el incumplimiento en su promesa de unir la fracturada y desencantada afición, ahora más que nunca. Son fundamentos suficientes para haber presentado la dimisión irrevocable de la dirección del club.
Lo que tampoco se sostiene es que la mayoría social actual, no comprenda que los mismos directivos y consejeros que no han sabido hacer los más fácil que era mantener al menos al club en la división de plata, que tengan que ser los mismos que hagan blanco sobre negro en el sentimiento de los ilicitanos.
No obstantes si a pesar de todo se aferran como lo están haciendo a los cargos, esperemos que tengan la gran suerte de sacar al club de esta división, ya que por otra parte la espada de Damocles de las diferentes que deudas que apremian a la entidad, la dejan al borde de la liquidación con las nuevas consecuencias que ello conlleva.